viernes, 24 de septiembre de 2010

Momotaro, el niño melocotón

-Había una vez una pareja de ancianitos que vivía en una casita al lado de un río. Un día, mientras el ancianito cortaba leña, la ancianita fué a lavar la ropa al río.
-Ancianita: (cantando) La,la,la,uy, ¿¡qué es eso!?
-La ancianita divisó una especie de pelota gigante de color rosado flotando en el río.
-Ancianita: Qué raro... ¿será un melón rosado? ¡Eh! ¡Es un melocotón!
-En efecto, lo que divisó la ancianita no era un melón, sino que un melocotón que estaba flotando por el río. La ancianita lo recogió y se lo llevó a su casa, entonces, la pareja de ancianitos pensó que era un melocotón muy grande, y que les daría mucho alimento, así que decidieron cortarlo. Justo en ese momento, el melocotón gigante empezó a moverse, y se partió en dos, descubriendo así a un bebé que había dentro del melocotón. Los ancianitos se sorprendieron y se quedaron con el bebé, al que llamaron Momotaro (porque momo es melocotón en japonés). Momotaro creció a base de boles de arroz, y se hizo un niño muy fuerte y robusto. Un día, llegaron unos oni (demonios en japonés) al pueblo y secuestraron a casi toda la gente, excepto a Momotaro y a los ancianitos. Decidido, Momotaro les dijo a los ancianitos:
-Momotaro: ¡No voy a tolerar esto! ¡Voy a ir a la isla de los oni a rescatar a toda la gente!
-Pero el ancianito le dijo:
-Ancianito: ¡No lo hagas Momotaro, te matarán!
-Pero la ancianita dijo:
-Ancianita: Yo creo en Momotaro, ¡va a poder derrotar a los oni!
-Y así, la ancianita le dió a Momotaro un zurrón en el que llevó ropas y unos deliciosos pastelitos de harina. Momotaro se fué y en el camino se encontró a un perrito.
-Perrito: Mmm, ¡qué bien huele! ¿qué llevas en el zurrón? ¡Pastelitos! ¿me puedes dar uno?
-Momotaro: ¡Claro!
-Y Momotaro le dió un pastelito al perrito. Así, el perrito siguió a Momotaro en el viaje a la isla de los oni. Pronto se encontrarón a un mono.
-Mono: Mmm, ¡qué bien huele! ¿qué llevas en el zurrón? ¡Pastelitos! ¿me puedes dar uno?
-Momotaro: ¡Claro!
-Y Momotaro le dió un pastelito al mono. Así, el mono siguió a Momotaro en el viaje a la isla de los oni. Pronto se encontrarón a una grulla.
-Grulla: Mmm, ¡qué bien huele! ¿qué llevas en el zurrón? ¡Pastelitos! ¿me puedes dar uno?
-Momotaro: ¡Claro!
-Y Momotaro le dió un pastelito a la grulla. Así, la grulla se unió al grupo. Al final, Momotaro y los demás llegaron al mar.
-Momotaro: ¡Ya hemos llegado al mar! ¿Pero cómo vamos a llegar a la isla de los oni?
-El mono divisó un barquito en el que los cuatro llegaron a la isla de los oni. El problema es que un gran portón de hierro les impedía el paso.
-Grulla: Hecharé un vistazo aver que hay detrás del portón.
-La grulla voló y vió una sala en la que estaban los oni y el rey de los oni bebiendo jarras de sake (un licor japonés) mientras los aldeanos estaban encerrados en jaulas. La grulla le contó lo que había visto Momotaro.
-Mono: Yo intentaré abrir el portón desde dentro.
-El mono escaló y abrío el portón, y antes de que se diesen cuenta los oni, el perro les mordió, el mono les arañó y la grulla les picoteó. En un momento de distracción, Momotaro le dió un fuerte garrotazo al rey de los oni.
-Rey de los oni: ¡Ay! ¡Por favor, no nos mordaís, arañeís, picoteeís y nos ataqueís! Os daremos a los aldeanos y nuestro gran tesoro.
-Y así, los aldeanos fueron liberados y Momotaro, el perro, el mono y la grulla se fueron con un brillante tesoro. Momotaro le enseñó el tesoro a los ancianitos y ya no fueron pobres ni tuvieron que comer melocotones gigantes.
FIN

3 comentarios:

  1. Me encanta Momotaro =) ¿tú escribiste esta versión, no? ¡Te quedó muy bien! Sólo un consejo; cuida la ortografía y redacción... pero en general me gustó bastante. ¿Tienes otros cuentos japoneses en el blog?

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